El coaching comenzó a formarse en la antigua Grecia, uno de sus precursores fue Sócrates. Sócrates utilizaba el método del dialogo para llegar al conocimiento. Se sentaba a conversar con sus discípulos y comenzaba a hacerles preguntas con las cuales sacaba a relucir el conocimiento que cada uno. A éste método lo bautizo como “mayeútica” que en griego significa partera, para simbolizar que él ayudaba a dar a luz (en su caso a la verdad que había permanecido oculta).
A mediados de los años 70´s un coach deportivo llamado Timothy Gallwey, desarrolló una serie de libros para ayudar a superar bloqueos y obtener u mayor rendimiento de los deportistas, pues se dio cuenta que el peor enemigo de ellos era su propia mente. No tardó mucho en trasladarse esto conceptos al ámbito empresarial y personal, en los que se aplica el mismo principio, destacar al lograr una meta.
Como podemos observar, el Coaching no es algo que está de moda, es una metodología capaz de crear procesos de transformación duraderos en quienes se comprometen con una meta. Su fundamento principal se encuentra en trabajar en desarrollar el SER, a diferencia de la capacitación o entrenamiento que se focaliza en trabajar en e HACER para lograr.
Un ejemplo de ello es asumir que si una persona imita el patrón de comportamiento de otra que tiene el resultado que esta espera alcanzar ¿logrará el mismo resultado? Definitivamente no; si bien es cierto los resultados están vinculados a las acciones y hasta ahí podríamos creer que mismas acciones darán un mismo resultado, sin embargo todas nuestras acciones están determinadas por lo que pensamos. Es decir que alguien que tiene un resultado lo ha tenido por la forma en la que ha realizado las acciones, sus patrones de pensamiento y sus creencias, en resumen, quién es la persona.
Es ahí donde un COACH centra su gestión, en ayudar a desarrollar nuevos patrones de pensamientos en el Coachee (entrenado) y un nuevo esquema de creencias, llevándo a interpretar los eventos, situaciones, relaciones y personas de forma diferente para alcanzar los objetivos que se proponen para sí mismos, empresas y/o socialmente.
Vivir en la duda es aprender a cuestionarlo todo, lo que es muy diferente a vivir dudando… El gran problema muchas veces, es que vivimos solo con aquello que ya sabemos hasta una determinada etapa de nuestra vida, pensando que todo lo que sabemos es la verdad universal ¿cuánto hay que no sabemos? Una famosa frase de René Descartes dice “Daría lo que sé, por la mitad de lo que desconozco”.
El Coaching es un proceso transformacional que nos ayuda a liberarnos del sufrimiento y de las creencias que condicionan y limitan nuestra vida, nos ayuda a comprender que las limitaciones las vemos como el observador que somos de nuestra propia experiencia. A partir de ahí nos conecta con nuestros recursos y la capacidad de intervenir para el logro efectivo de nuestras metas / objetivos.
En un proceso de crecimiento que ocurre en el dominio del ser, a través de un aprendizaje que cuestiona con respeto los modos tradicionales de percibir e interpretar, donde las personas y los equipos interrumpen sus patrones de conducta y comportamiento habituales, para comenzar a operar con mayor creatividad, protagonismo y proactividad; generando competencias emocionales, del hacer, del pensar y de la comunicación.
El coach no le dice a las personas lo que tienen que hacer, no presiona, ni aconseja, ni recomienda, sino que ayuda a explorar en su interior por medio de preguntas, ofrece nuevas interpretaciones y puntos de vista, desafiando respetuosamente sus modelos mentales para desarrollar una nueva mirada que permita el descubrimiento de nuevas acciones y posibilidades; acompaña en el diseño de acciones que faciliten el acceso a los resultados deseados.
Lo más importante en un proceso de Coachign es saber que no se trata de transformar a la persona en alguien que no es, se trata de ayudarle a encontrar quien debió ser desde el principio.
